Tuesday, February 22, 2011

Y este cuento se acabooooo

Mi tiempo en Cancún está por terminar.
Después de mas o menos 3 años, el tiempo de regresar al centro del país ha llegado y si bien extrañaré algunas cosas y personas de por acá, debo decir que la idea me encanta.

En general han sido buenos años. Ya hacia el final el sabor amargo pesa más que el dulce, pero aún así me llevo bastantes buenos recuerdos y unos cuantos nuevos buenos amigos.

Supongo que debería escribir algo más al respecto. Y lo haré en cuanto tenga una fecha definitiva, la cual seguro es ya muy cercana. Es más, no pasará de 1 mes.
Pero mientras defino la fecha, me guardo las palabras finales.

Sporch out.

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Friday, February 4, 2011

La gente que me gusta

Voy a tener que plagiar el siguiente texto. Y es que externa de forma ideal lo que pienso.
El texto es del Sr. Bennedetti. No el de las pizzas. Mario.

Y dice así:

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo dia, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo, dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto. Me gusta la gente que posee sentido de justicia. A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegria y la practica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su alegría contagia.
Me gusta la gente sincera, franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las diferencias de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivovó o que no sabe algo.
La gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.

Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita libremente.
La gente que valora a sus semejantes, no por un estereotipo social ni como lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es no intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fé, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, la gratitud, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio, son cosas fundamentales para llamarse gente.

Con gente como esa me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi me tendré por bien retribuido.

Gracias por ser de esa Gente.
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Gracias a los que se saben Gente en mi vida :)

Sporch out.

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Tuesday, February 1, 2011

Suficiente odio por el momento.

Ya estuvo de odiar. La verdad es que no está padre. Aún si alguien lo merece. Porque independientemente de eso, el odio genera un... algo dañino en uno. La mente empieza a tomar caminos extraños dejándose llevar por ese caudal de sentimientos.

Sigo enojado. Seguramente por un muy buen rato lo estaré.
Pero eventualmente el enojo dará paso a la lástima, y después a la indiferencia.
Es el ciclo natural, y saludable creo yo, de una situación que genere un sentimiento así de intenso.
No estoy diciendo que no volveré a sentir odio, ni que lo voy a mantener en control por siempre. Pero de todo se debe aprender y mejorar, y en esta ocasión aprendo a dejarlo correr con menos libertado para la próxima vez. Por MI bien, claro está, no por quien sea el objeto de dicho odio. Tampoco soy tan magnánimo. :)

Y aunque salgo más sabio, también me queda claro que no cambiaré mucho sobre lo que ofrezca o esté dispuesto a ofrecer a esa próxima persona. Finalmente, ¿qué culpa tendría ella de lo que yo viví antes? No, no. That's not my style.

Sporch out.

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