Sunday, August 9, 2009

Visita a Holbox... y el tiburón ballena

Pues finalmente sucedió.
El evento que esperé por tanto tiempo finalmente tuvo lugar el 9 de Agosto.

En algún post anterior mencioné que tal vez nadar con un tiburón ballena podría poner en perspectiva las cosas.
No sé si eso haya pasado, pero es una de las experiencias mas impresionantes que he vivido.

Nadar en mar abierto a menos de 2 metros de un animal que, calculo, andaba entre los 6 o 7 metros (tal vez más) de longitud si pega. La neta, ¿para que les miento?
De hecho en una ocasión tuve que alejarme un poquito porque su cola pasó a distancia de lo que estiro mi brazo.

Después de levantarme a las 6:50 de la mañana (y de haber dormido en hamaca, que es realmente incómodo), salimos a las 7:30 desde Holbox los 9 integrantes de la expedición, acompañados del capitán Darwin y el guía Martin.

Rumbo a la zona en donde estaban reportados los avistamientos del gigantesco pez, vimos delfines y rayas chapotear alegremente y como una 1:30 después llegamos al área.
Para ubicarlos un poco en el mapa, Holbox es una isla a la cual se llega principalmente saliendo de Chiquilá, que está en la punta norte de Quintana Roo, a poco menos de 2 horas de Cancún.
En la lancha nos desplazamos un buen trecho hasta estar practicamente frente a Cabo Catoche.

Pero bueno, regresando a la impactante aventura, después de andar rondando por ahí, finalmente avistamos en la distancia la punta de la cola del tiburón (fuimos la primera lancha en hacerlo ese día) y rápidamente nos acercamos. El capitán Darwin enfiló la lancha de manera que el tiburón viniera directamente hacia nosotros (en su "lento" movimiento para filtrar el alimento del mar) y como nadie andaba muy querendón de ser el primero, pues Tesh (mi novia) y yo fuimos voluntarios.

Para esto cabe aclarar, por extraño que parezca, que yo jamás había nadado en mar abierto con aletas ni con snorkel. Este comentario viene a colación porque minimizó un poco mi primer encuentro con este magnífico animal. Cuando el guía dio la señal, Tesh y yo nos aventamos al agua y sumergimos la cara para ver como venía directamente hacia nosotros. El shock inicial de ver algo tan grande nadando hacia mi me hizo quedarme ahí sin moverme mucho lo que fue un problema cuando el tiburón cambió de dirección y nos pasó de lado. Tesh y el guía arrancaron a tiempo, pero yo me quedó resagado un poco y al no poder patalear adecuadamente con las aletas, poco a poco el tiburón se alejó y se empezó a sumergir y lo vi muy poco tiempo.
Regersamos a la lancha y otra pareja siguió y así hasta que los primeros ocho habían ya saltado. Solo faltaba pato y entonces me apunté para ser su acompañante.
También cabe aquí mencionar que para entonces yo estaba mareado porque eso del oleaje picadón en una lancha que no avanza está rudo para el estómago de los inexpertos (como yo y lo crean o no, sigo con la sensación mientras escribo esto) y no solo quería otra oportunidad para ver mejor al tiburón, también me urgía bajar de la lancha ya que en el agua no hay el efecto de mareo.

En esta ocasión me aseguré de morder bien el snorkel y apretar bien los labios (en la anterior tragué algo de agua SUPER salada. mucho más que en cancún) e hice nota mental de sumergir más las piernas para que las aletas no solo salpicaran alegremente en la superficie, sino que me impulsaran.

Y AHORA SI. ¡WOOOOOW!
Nuevamente vino de frente el tiburón y esta vez no me esperé. Tan pronto vi su cambio de dirección, comencé a nadar y ahora si perfectamente impulsado nadé tan cerca del tiburón que, de haber estirado el brazo, lo habría tocado (lo cual está prohibido). Cuando dio la vuelta su cola se acercó tanto que tuve que alejarme y luego nadé a la altura de su cabeza, junto a ella, por cuando menos unos 30-40 segundos que me parecieron una eternidad porque estaba completamente asombrado por el tamaño y la suavidad con la que se movía. No supe en donde estaban ni el guía, ni pato, ni las otras lanchas.
Unos 10 peces entre remoras y otros que no conozco nadaban bajo y sobre sus aletas. Finalmente sentí el golpe del guía en mi aleta indicandome que me detuviera pues había que darle oportunidad a los visitantes en las otras lanchas. A la velocidad que se estaba moviendo el tiburón pude haberlo acompañado varios minutos sin problemas pero pos no se pudo.
Aún así, estuvo INCREIBLE.

Se qué es fácil decirlo porque yo vivo cerca, pero es mi más amplia recomendación el que se programen para ir el próximo año. La temporada termina oficialmente en septiembre, pero es a finales de julio y principios de agosto cuando es más abundante. No quieren pasar su vida sin vivir esto. En serio.

Por otro lado, Holbox (que significa "agujero negro") es un lugar muuuuy bonito. El nivel del agua en la playa se mantiene a la altura de la cintura por muchos metros y el oleaje es de lo más tranquilo. El color del agua es como supondrán increíble, hay fauna impresionante (y moscotas molestísimas llamadas tábanos que pican horrendamente). Todas las calles son de arena y casi no hay vehículos de gasolina. El 90% de los vehículos son carritos de golf. Eso incluye a los taxis.
Holbox es pequeño y no para grandes parrandas ni grandes resorts. Son hoteles ecologicos, cabañitas, areas de campamento con su pequeño centro y sus restaurantitos y algunos barecillos por las noches. Nada de antros y cosas así.
No es lo más barato pero tampoco es escandalosamente caro. Se puede obtener buen hospedaje por 500 pesos la noche por habitación para 4 personas o hasta 5 dependiendo del lugar.

En fin, pronto se subirán fotos y video de esta gran experiencia. Los mantendré al tanto.
Excelente fin de semana con excelente compañía. Pumas perdió y está en el fondo de la tabla pero... que rayos... por esta vez se los voy a pasar. Nomás asi de buena onda por lo increible de este viaje.

Sporch out

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